martes, 9 de diciembre de 2008

Requiem

Disfruté tanto tanto cada parte
y gocé tanto tanto cada todo
que me duele algo menos cuando partes
porque aquí te me quedas de algún modo.

Ojalá nunca sepas cuanto amaba
descubrirte los trillos de la entrega
y el secreto esplendor con que esperaba
tu reclamo de amor que ya no llega.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.

Si uno fuera a llorar cuando termina
no alcanzaran las lágrimas a tanto
nuestras horas de amor casi divinas
es mejor despedirlas con un canto.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Vergüenza

Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oíste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mi frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que ya mañana, al descender al río,
la que besaste llevará hermosura!

Gabriela Mistral